En el
presente apartado se abordara de manera integral, las distintas situaciones o
circunstancias que pueden llegar a afectar el manejo de la disciplina dentro de
los salones de clase.
Una de
las dificultades que debemos de abordar es el problema de los estudiantes que
constantemente infringen, las mismas reglas. De igual manera la presencia de
estudiantes hostiles y desafiantes puede ocasionar graves problemas. Siguiendo
con esta línea de estudio, debemos de estudiar aquellos aspectos de violencia o
de destrucción de la propiedad, que son temas potencialmente peligrosos
(Woolfolk, 2004).
Abordando
más aun en las diversas problemáticas relacionadas con la conducta, debemos de
tener claro un aspecto de suma importancia, el cual es el concepto de
agresividad refiriéndonos a que este no solamente se limita al agredir a otro
físicamente, sino también a sus conductas de brusquedad manifiesta en sus
juegos, así como en la forma de contactarse con los demás (Quintana, Berganza,
2005).
Otras
situaciones comunes que se podrían presentar deben de citarse como desafío y
oposición, lo cual sucede básicamente cuando el menor denota que tiene la
capacidad para rechazar los requerimientos de los demás, aunque estos se
presenten como estímulos placenteros (Quintana, Berganza, 2005).
Es bien
sabido que como respuesta a la obtención de lo deseado muchos infantes tienden
a manifestar pataletas y berrinches, esto como consecuencia de la excitabilidad
y descontrol del estudiante, debemos de resaltar que este tipo de conductas
persisten dado que se da la presencia de reforzadores, que de esta manera las
mantienen dentro de su repertorio de respuestas (Quintana, Berganza, 2005).
Dado los puntos anteriores citados es de suma
importancia el poder manejar o corregir este tipo de problemáticas, ya que si
no podemos estar a las puertas de que se facilite el desarrollo de un trastorno
de la conducta, en el que se implica diversas actitudes de enfrentamiento
continuo tanto hacia los padres, como hacia las diversas figuras de autoridad
que se presenten a lo largo de su desarrollo (Quintana, Berganza, 2005).
Uno de
los aspecto que se deben de aclarar en cuanto a este tema, es que los problemas
de convivencia se dan en las diversas esferas de la vida y lo que representa
una diferencia, es la gravedad presentada en estos conflictos y las medidas
tomadas, tanto las disciplinarias como aquellas que se hayan orientado hacia la
solución de la misma en el plano escolar o de la educación propiamente hablando
(Atunez, et. Al, 2007)
En
muchas ocasiones debemos de ser conscientes que no se consta con un diagnóstico
claro del por qué sucedió lo acontecido, es por esto que también en ocasiones
se suele emplear medidas sancionadoras y extremas que de por si facilitan la
exclusión del menor sancionado, esto en muchas ocasiones se da por la falta de
un diagnostico fiable de cómo sucedió lo acontecido (Atunez, et. Al, 2007).
En
diversos centros muchas veces es suficiente con llamar a los padres del
estudiante, para que se dé la merma de su conducta. Sin embargo en otros casos
el utilizar este tipo de acciones, solamente llega a calmar la situación y
posiblemente la misma se repita o se presente de nuevo. En otras circunstancias
debemos de considerar además que el hecho de llamar a los padres podría
funcionar de manera contraproducente, esto dado a que según los modos de
enseñanza de algunos padres son merecedores de una golpiza, con lo cual la
respuesta será renegar la culpa de esta al centro educativo (Atunez, et. Al,
2007)
El
tener conocimiento acerca de las diversas situaciones que se pueden presentar
en los centros es imprescindible, esto porque nuestras apreciaciones acerca de
que es o no es conflictivo, puede llegar a condicionar nuestro accionar
(Atunez, et. Al, 2007).
Un
punto que es importante de recalcar, es que se debe de dejar claro que también
un conflicto que genera desequilibrio en la disciplina del aula, puede
entenderse como un choque de intereses y de criterios, además que no siempre un
conflicto genera indisciplina.
Se
mencionaran a continuación diversos y comunes conflictos presentados en los
centros entre estos:
·
Aquellos
relacionados con la relación entre los alumnos y los profesores, considerando
actitudes de desprecio, agresividad verbal y física.
·
Conflictos
relevantes al rendimiento, en donde interactúan conductas de parasitismo,
pasividad y apatía.
·
Otros
de identidad, en donde se podrían presentar aquellas actitudes cerradas y
agresivas.
Dentro de aquellas
conductas que rompen con la homeostasis de la disciplina y del desarrollo de la
clase se encuentran, además aquellas denominadas como disruptivas, las cuales
consisten en conductas enojosas por parte de alumnos que quieren llamar la
atención tanto de sus grupos de pares, como de las personas encargadas, en este
caso de los profesores o docentes del centro educativo (Atunez, et. Al, 2007).
Podemos considerar estas
conductas como aquellas que causan molestias a los compañeros, tales como
dialogar en voz alta en el momento que el profesor se encuentra en la explicación
de una de sus clases, se puede presentar además que el estudiante genere ruido
con sus diversos materiales, así como que el mismo se desplace de un lugar a
otro de la clase, sin un rumbo claro o simplemente por simplemente perder el
tiempo (Atunez, et. Al, 2007).
Otras no menos
importantes son aquellas conductas antisociales que se saltan o rompen las
normas establecidas por la sociedad, entre estas las agresiones físicas, las
extorsiones, el acoso, el abuso, así como el robo y los insultos (Atunez, et.
Al, 2007).
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